Esta pregunta, en este momento de la “evolución” humana, puede convertirse en un dilema sin repuesta.
Vivimos en una época en la que casi todo lo que produzca un sonido o un ritmo es considerado música, desde la obra de arte más sublime, hasta la más denigrante forma de expresión. (Incluso en la que no hay sonido alguno)
Creo que para poder responder esta pregunta, se debe primero tener presente el significado de la palabra misma.
Música, “ (del griego: μουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē], "el arte de las musas") es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos. El concepto de música ha ido evolucionando desde su origen en la antigua Grecia, en que se reunía sin distinción a la poesía, la música y la danza como arte unitario. Desde hace varias décadas se ha vuelto más compleja la definición de qué es y qué no es la música, ya que destacados compositores, en el marco de diversas experiencias artísticas fronterizas, han realizado obras que, si bien podrían considerarse musicales, expanden los límites de la definición de este arte”. (http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%BAsica)
Si nos remontamos a esta tradicional definición del término, deberíamos tener en cuenta dos palabras claves: “Sensible” y “lógica”. La música debe no solo despertar sentimientos y sentidos, si no que la razón cumple también un papel importante a la hora de analizar, escribir, interpretar y disfrutar la música.
Por medio de este raciocinio puede incluso aceptarse aquel tipo de música que se limita solo a la razón, para ser concebida como tal, como es el caso del dodecafonismo instaurado por Schoemberg a comienzos del siglo XX, o el serialismo integral utilizado Webern, Messiaen y Boulez, en las primeras décadas del siglo.
Y pueden también aceptarse formas de expresión incluso de tipo más popular y menos “académicas”, que logran despertar el sentimiento colectivo de las personas.
Ahora bien a lo que quiero llegar es el hecho de catalogar como música expresiones artísticas que no utilizan sonidos, y ni siquiera ritmos, como la llamada música cero.